El arte es un voto ante lo enfimero,
un conjuro de lo duradero, quizás lo único que permanece.

Franz Joseph van der Grinten

 

 

Peter Bär realiza sus ideas artísticas exclusivamente en piedra. La fascinación por este elemento, el conocimiento de la historia y de las formas de la naturaleza han dado origen a una obra sensible y llena de fuerza al mismo tiempo. El artista conserva en gran parte la estructura original de la piedra y va accediendo a ella incondicionalmente mientras la trabaja. Su trabajo es concentrado y constante, nunca en contra del alma del material sino con ella, acepta la piedra como compañera y amiga. Acechando las distintas propiedades del granito, de la serpentina, etc., toma las decisiones formales lenta e intuitivamente. Incluso las situaciones estáticas que, a menudo, a primera vista resultan inseguras porque; por la colocación aparentemente audaz de un único bloque, el equilibrio se vuelve tensión, son resultado del sentimiento y la experiencia y no de cálculo aritmético. Estas composiciones, formadas por diversas piezas, y que aparentemente niegan los principios de la tectónica, son, más bien, consecuencia de una manipulación contundente, basada en largos años de experiencia en el tratamiento del medio. La contraposición de lo pesado y lo ligero se asocia con inestabilidad, incluso con una suave irritación. A este nivel las composiciones creadas a principios de los años 90 manifiestan la conciencia postmoderna y la contemporaneidad de Peter Bär a finales de siglo. Son esculturas en sí armónicas, pero que un pequeño cambio de posición podrí a derribar. Sin embargo no se produce una escalada, sino mas bien un cambio vitalizador. La obra, que antes solí a constar de varias partes, se presenta en la fase actual como una totalidad. Sigue economizando en el vocabulario de las formas. Derivado de un potencial innovativo que la piedra, como producto natural, en sí misma encierra, el juego de volúmenes se traslada a nuevas cualidades, definiendo de nuevo los parámetros fuerza-masa y espacio-tiempo. La forma se ha vuelto densa, compacidad orgánica, la estática y la fuerza vital cobran importancia. Son esculturas de un valor artístico propio y con tendencia a la universalidad, carentes de modelo de identificación semántica. Las fuerzas y las tensiones inmanentes del material parecen emerger en forma de energía, casi sacar el interior (en sentido figurado) a la luz de la percepción. La superficie, antes rugosa, ha sido sustituida por una lijada. Los poros parecen cerrados. La superficie se vuelve piel sobre la que la luz se desliza, lo que suaviza los cantos. La inestabilidad de los trabajos anteriores, así como los impulsos del proceso de trabajo, se han convertido en modelos por medio de corrientes de energía dominadas, sin el patetismo lleno de poesía frágil y de fenómenos, que no se pueden entender sólo con la percepción y que se acercan más a lo que puede significar espiritualidad.

Dr. Sieglinde Hirn (historiadora del arte)
Mag. Antonia Ramos (traductora)

Text Sieglinde Hirn

Bibliografie

retorno