RESUMEN
HEREDAD Y TRASLACIÓN: LO SIMBÓLICO-SAGRADO EN LOS POETAS TUXTLECOS MESTIZOS
Gustavo Ruiz Pascacio
La presente aproximación propone el encuentro de dos escenarios disímbolos y convergentes a la vez: la poesía y lo sagrado. Y, con mayor precisión, el ejercicio poético y el territorio de los mitos y ritos colectivos de lo sagrado en una geografía física e imaginaria, Tuxtla Gutiérrez, y en una geografía humana, el pueblo zoque y los poetas tuxtlecos mestizos.
Si la poesía nació como canto y celebración, una vocación "trascendente", un canto más allá de sí y un arrebato dionisíaco, constituyeron, de origen, la relación y la presencia de lo otro. Ese otro, ineludible pero inexplicable; hartazgo y angustia de los sentidos; la voz y la lengua del poeta que celebran la otra voz, la emanación que colma, desenreda y enmudece, y que también tiene su paralela manifestación colectiva en los ritos que vuelven tangibles la verbalidad mítica. Es la traslación in illo tempore de los ciclos de la vida y la muerte en el espacio-tiempo de la comunidad.
En Chiapas, los procesos históricos de creación artística han sido múltiples y continuos. A partir de la irrupción española en el escenario geográfico y cultural de la región (en el siglo XVI), se han ido construyendo discursos contenedores de los sistemas artísticos como representación del espíritu colectivo y los signos particulares de cada creador. El devenir histórico colonial produjo un fenómeno de mestizaje que terminaría por caracterizar el lenguaje artístico dominante de la entidad en una consonancia de pertenencia e identidad, acentuada a partir del siglo XIX con las expresiones literarias y plásticas en turno, principalmente.
Así, la construcción de un imaginario artístico consonante con el entorno físico derivó –en el caso de la poesía- en, por lo menos, dos sustratos verbales: 1º. Una especie de "poesía natural", estilizadora de lo popular y primariamente paisajista; y, 2º. Una "poesía de la tierra", con acentuados valores telúricos y cosmogónicos, una poética de la Mater tellus.
Zoquedad y mestizaje -en la capital del estado- representa una red de interrelaciones, que va del lugar común lingüístico y ornamental, ausente de toda conciencia cultural heredada, asumida y vivida –persistente en ciertos habitantes mestizos- a la apreciación casi ininteligible de los modos de vida y de los códigos culturales subyacentes en ella. Por ello, no existe aquí la pretensión de comunión –de la común unión- entre el gremio de poetas mestizos nacidos en Tuxtla Gutiérrez entre 1926 y 1937, y la vitalidad de la presencia del pueblo y la cultura zoques. Existe una empatía dinámica. Es decir, un convencimiento del paso de los símbolos colectivos de lo sagrado, a través del ejercicio de la experiencia poética, y que remite al sujeto poético en turno a espacios que contienen su sentido del ser, y que pueden conformar símiles con el referente cultural y cultual simbólico zoque.
Cinco poetas y su ordenamiento sistémico de lo simbólico-sagrado nos ocupan. Todos emparentados generacionalmente. Sus fechas de nacimiento fluctúan entre 1926 y 1937. En la poesía de Jaime Sabines (1926-1999), Enoch Cancino Casahonda (1928-), Juan Bañuelos (1932-), Daniel Robles Sasso (1933-1971) y Óscar Oliva (1937-) se aprecian algunos momentos de la llamada "poesía de la tierra"; la Madre Tierra que siempre nos observa, y la naturaleza que cobra forma en los "elementales" que van a nuestro lado, cual "dueños" de espacios físicos devenidos de la cosmovisión zoque.